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Un enfrentamiento intenso por los intereses de los monopolios de EE.UU*
Ha llegado el día de la celebración de las elecciones presidenciales en EE.UU, y los dos partidos burgueses, los Demócratas y Republicanos, están intensificando la confrontación electoral; según las predicciones el resultado estará parejo hasta el último momento.
Esta confrontación, siempre en el marco de los intereses del capital estadounidense y de sus diversos sectores, se centra en una serie de cuestiones como son la gestión de los conflictos militares en Ucrania y en el Medio Oriente en nombre del imperialismo de EE.UU., la estrategia frente a China, la política comercial/industrial de EE.UU, la inmigración etc. De hecho, toma características de disputa de desorientación, pasan a primer plano cuestiones como los intentos de asesinato de Trump, escándalos sexuales, el apoyo de famosos, mientras se extiende lo que en EE.UU se llama “guerras culturales”, es decir, en líneas generales, el debate entre la corriente “woke” y el conservadurismo.
El debate interburgués se refleja también claramente en los donantes de los dos candidatos, es decir el lobby legítimo y el intento de los monopolios de determinar el resultado. Por ejemplo, Kamala Harris está reuniendo donaciones de Microsoft, Netflix, Meta, grandes capitalistas como George Soros y Mike Bloomberg, etc, mientras que por otro lado Trump es apoyado por Elon Musk, Rupert Murdoch, Tim Mellon (banquero multimillonario), Palantir Technologies, Johnson & Johnson etc. En total, hay cientos de capitalistas y monopolios que donan millones de dólares a las campañas electorales de uno u otro candidato o incluso de los dos…como por ejemplo Lockheed Martin, que logra contratos de miles de millones para armamentos militares sea quien sea el presidente.
Demócratas y republicanos se alternan en el poder gubernamental durante más de 150 años (!); uno toma el relevo del otro y continúa con la política reaccionaria. Su víctima es en primer lugar el pueblo de EE.UU, independientemente de su color, religión u origen, que hoy día decenas de millones están experimentando una extensa pobreza, millones de personas están sin hogar, mientras muchos más están completamente excluidos de los sistemas de sanidad y educación totalmente privatizados. Al mismo tiempo, millones de trabajadores de origen afroamericano y latino siguen sufriendo el racismo, la brutalidad policial y las discriminaciones. Además, víctimas de la política imperialista de ambos son decenas de pueblos en todo el mundo que han sufrido a causa de las intervenciones imperialistas, los masacres, los golpes de Estado, los bloqueos y las sanciones impuestas por los intereses de los monopolios estadounidenses.
La confrontación y la polarización, que es posible que tomen formas más agudas, expresan los diversos intereses de los sectores del gran capital en EE.UU, diferentes prioridades y posiciones sobre que combinación de políticas que deben seguir EE.UU para hacer frente a los cambios en la correlación de fuerzas mundial, en la competencia con China por la primacía en el sistema imperialista internacional. Esto se refleja por ejemplo en la confrontación entre Trump y Harris sobre la política arancelaria de EE.UU, sobre el nivel de aranceles a China, qué sectores se verán afectados, si es necesario tomar medidas de protección contra Estados de la Unión Europea, etc, ambos teniendo como criterio la rentabilidad de los monopolios estadounidenses.
Respectivamente, Trump no se ha convertido en “paloma de la paz” cuando dijo que pondrá fin a la guerra en Ucrania dentro de unos días o que re-evaluaría el papel de la OTAN. Representa sectores del capital y del establecimiento de EE.UU que sostienen que deben centrarse en hacer frente al adversario estratégico que es China (el llamado “pivote hacia el Este” que comenzó durante la administración de Obama) y romper el frente que están formando Rusia y China. Por otro lado, K.Harris afirma que mantendrá el apoyo político al régimen de Zelenski en Ucrania, destacando que es inaceptable cualquier escenario de cesión de territorio ucraniano a Rusia o cualquier compromiso de no adhesión a la OTAN. Ataca a Trump argumentando que su plan respecto Ucrania se identifica con lo de Putin. Al mismo tiempo, las diferencias entre los dos candidatos no les impiden apoyar los crímenes del Estado asesino de Israel contra los pueblos de Palestina y Líbano, reproducir los pretextos miserables del “derecho a la autodefensa” y comprometerse continuar con el apoyo económico, político y militar hacia Israel.
Lo lamentable para el pueblo estadounidense es que el movimiento obrero revolucionario está en desintegración, a causa de una degeneración ideológica y política de larga data. Por supuesto, incluso hoy se desarrollan luchas obreras prometedoras que, bajo ciertas condiciones, pueden ser el germen de la emancipación política de clase de amplios sectores de la clase obrera y de los pueblos de EE.UU. El KKE seguirá expresando su solidaridad con el pueblo estadounidense y sus luchas.
* Publicado en el periódico “Rizospastis”, órgano del Comité Central del KKE, el 5 de noviembre de 2024