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Discurso de Dimitris Koutsoumbas, Secretario General del Comité Central del KKE, en el 50o Festival de KNE-Odigitis
Amigas y amigos,
camaradas:
Estamos aquí de nuevo, como cada septiembre, los últimos 50 años. Consecuentes en nuestro compromiso, escribimos historia y cambiamos el mundo.
Nos encontramos, discutimos, cantamos, bailamos, levantamos las banderas rojas en el mayor evento político-cultural del año, en esta micrografía del futuro que se ha convertido en una institución, el Festival de la KNE y de Odigitis.
De hecho, el Festival de este año está más bonito que nunca, diríamos que 50 veces más bonito porque está celebrando.
Está celebrando su 50o aniversario y emite el mismo resplandor deslumbrante que emitía en septiembre de 1975 en la ciudad de Zografu cuando comenzó su hermoso viaje.
En este largo viaje del Festival en el tiempo, desde el estadio de un barrio popular, hasta este gran parque del oeste de Atenas, sigue siendo el mismo el deseo de transformación de la sociedad, y sigue inmutable el resplandor revolucionario y la lucha inquebrantable por el socialismo.
Este resplandor arroja cada año más luz a nuestro camino y lo hace brillar en la oscuridad del sistema de explotación y de injusticia.
Este resplandor es el faro y el guía de nuestra lucha, es la fuente que da fuerza, fe y resistencia a nuestra lucha y convierte el Festival de la KNE y de Odigitis, cada septiembre, en uno de los lugares más bellos en el mundo.
Aquí es donde cobra vida la esperanza, aquí es donde florece el optimismo combativo y la convicción de que la clase obrera triunfará, que los pueblos de todo el mundo triunfarán, que saldrán victoriosos.
Y llegarán los días hermosos que hemos soñado. Llegará la hermosa sociedad que necesitamos.
Esta victoria la traerán los innumerables desfavorecidos, los que ahora parecen impotentes, pero cuando decidan avanzar no se detendrá ante nadie y nada, y romperán los grilletes de explotación de una vez por todas.
Al igual que el estadio de Zografu, la ciudad de Kesarianí, Peristeri, Egaleo, Ilisia, ahora el Parque Tritsis, se transforma bajo el toque mágico de los militantes de la KNE, y hace que el Festival parezca una imagen del futuro.
Un momento en el movimiento histórico incesante que proyecta lo que sueñan los revolucionarios.
Dejando cada año una sensación pequeña pero fuerte del nuevo mundo que anhela salir a la luz.
Por eso el Festival de la KNE es tan hermoso, tan juvenil, tan particular y único.
Porque está vinculado a nuestros deseos y a la lucha diaria por vivir en una sociedad completamente distinta, una sociedad superior.
Está vinculado a las preocupaciones y los sueños de la nueva generación por una vida diferente, más hermosa, más creativa, más humana.
Y cuando los deseos y los sueños se encuentran con la política revolucionaria del KKE entonces se convierten en una tormenta que arrastra lo viejo y los podrido.
Es entonces cuando se asegura que no se quedarán meros deseos y sueños sino que se convertirán en objetivos y causas irreconciliables de nuestra lucha.
Se convertirán en la razón por la que luchamos hasta que al final se convertirán en la razón por la que triunfaremos.
En esta celebración del 50o aniversario del Festival nos reunimos los militantes de la KNE de los 70, 80 y 90, con los militantes jóvenes de las nuevas generaciones del siglo 21; los mayores revivimos y los más jóvenes viven “nuestros mejores años”.
Y son “los mejores” no solo porque son los años de nuestra juventud sino porque “los mejores años” son los de los grandes valores e ideales, de la lucha firme y hermosa, la lucha por la juventud del mundo, por el futuro luminoso de la humanidad, el socialismo-comunismo.
Hoy miles de jóvenes están viviendo sus mejores años en las filas de la KNE porque la lucha por la juventud del mundo, a pesar de las difamaciones y la calumnia sigue siendo inspiradora y fascinante.
Porque el KKE ha resistido, ha mantenido viva la esperanza, se ha esforzado, ha estudiado, ha realizado nuevas elaboraciones que muestran que la posibilidad puede hacerse realidad, para que la clase obrera, el pueblo y los jóvenes vivan como se merecen, de acuerdo con los logros de la época contemporánea, sin la barbaridad de la explotación del hombre por el hombre.
Y si los jóvenes, en los festivales de la KNE, siguen asombrándose y haciéndose fotos bajo la fotografía gigantesca de Lenin, de este gran revolucionario que este año conmemoramos el centenario de su muerte, es porque el KKE armado con su ideología revolucionaria sigue, a pesar de las dificultades y la correlación de fuerzas negativa, creando continuamente “mejores años” con coraje, conocimiento y resistencia ¡Con perspectiva!
Y hoy podemos decir con orgullo que el KKE tiene un plan concreto, un programa, una propuesta política que ofrece una salida a la clase obrera y a los jóvenes para que vivan con sus necesidades contemporáneas satisfechas.
¿Cuál de los partidos burgueses puede decir honestamente -y no por razones de propaganda- lo mismo a la generación joven? Ninguno.
Vamos pues a vivir hoy y mañana nuestros mejores años, ahora que los recuerdos de muchas generaciones, el entusiasmo de los años de la juventud y la madurez de los posteriores, se pueden convertir en conciencia: ¡La historia la escribiremos nosotros, el mundo lo cambiaremos nosotros!
Amigas y amigos,
camaradas:
De esta impresionante concentración en el 50o Festival quisiéramos dirigirnos a todos los que están buscando respuestas para el presente y se preocupan del futuro.
· A los trabajadores cuyo sueldo no les llega ni a la mitad del mes, mientras nos enteramos de que las empresas que cotizan en bolsa van a por un nuevo récord de rentabilidad este año, tras el récord de 10,5 mil millones del año pasado.
· A los trabajadores autónomos y los campesinos que se enfrentan constantemente a problemas de supervivencia debido al exceso de impuestos, del enorme coste de la producción y de su “cerco” por los grandes grupos empresariales.
· A los alumnos que están hacinados como sardinas a causa de las fusiones de grupos escolares, muchas de ellas canceladas tras la reacción de los padres de los alumnos, los profesores y los propios alumnos, en las aulas de una escuela que les agota, a los estudiantes universitarios que quieren que sus títulos tengan valor, mientras sus padres se están esforzando por pagar el coste exorbitante de la educación supuestamente gratuita.
· A las mujeres que están sufriendo diversas formas de violencia, que se están esforzando para salir adelante con el trabajo, mientras a causa de la ausencia del Estado son las que se cargan primeras la responsabilidad de la crianza de los niños y el cuidado de los mayores.
· A los jubilados cuya pensión no es suficiente se les presenta como “oportunidad” el trabajo hasta una edad avanzada.
· A todos ellos que experimentan de primera mano las situaciones extremas en sectores críticos como la sanidad, la asistencia social, los medicamentos, a causa de su comercialización.
· A todos ellos que han sufrido un verano más, particularmente en el este de Ática, las consecuencias de la ausencia de medidas de prevención contra los incendios y las catástrofes naturales, ya que estas se consideran como costes sin beneficio para el capital y su Estado.
Estos y muchos más problemas, no se deben a “factores externos”, “fenómenos naturales”, o a una supuesta “falta de recursos” y las supuestas “posibilidades financieras limitadas” de las que se atreve hablar el gobierno de la ND con el apoyo de los demás, de SYRIZA y PASOK.
¿Quién puede hablar de falta de recursos en una sociedad de multimillonarios que alquilan naves espaciales para fotografiarse en el espacio?
¿Quién puede hablar de falta de capacidades técnicas en la época de la Inteligencia Artificial, de los grandes logros tecnológicos y científicos?
Todo esto, por supuesto, no se utiliza para el bienestar de los trabajadpres sino para la mayor explotación y subyugación multiforme a los valores y las necesidades del capital. En lugar de ponerlos al servicio de las personas, se utilizan en el marco del capitalismo para imponer una mayor barbarie y destrucción.
El mayor problema que desde hace años el capital y sus gobiernos se esfuerzan enfrentar es precisamente la abundancia de capitales que están estancados porque no encuentran salidas de inversión satisfactorias, no la falta de capitales.
Cualquier solución temporal a este problema les da un pequeño respiro, pero después de poco no funciona tal como esperaban y empiezan a crearse diversos problemas.
Por eso vemos gobiernos, bancos centrales, organizaciones supranacionales, todos los tecnócratas eruditos que los componen, pasar de una política fiscal restrictiva a otra expansiva, cuando las inversiones se reducen, y viceversa cuando se dispara la inflación.
Por supuesto todo ello lo pagan siempre los pueblos.
Por eso, un día hablan de los “beneficios de la extroversión en la economía” y el otro se ven obligados a admitir los problemas que trae el exceso de turismo con los altos precios en las tarifas del transporte marítimo y los alquileres, la degradación de islas enteras, el despilfarro de recursos naturales como el agua.
Por eso vemos que por un lado apuestan por los hidrocarburos y por otro los demonizan y elogian las fuentes de energía renovables, hasta que se den cuenta de que estas últimas no son suficientes. Porque por la noche no hay sol -¡qué gran descubrimiento!- y porque el viento no sopla siempre cuando quiere el Ministro de Energía.
Son unos inútiles, incapaces siquiera de argumentar, mientras sueltan tonterías para hacer que la gente los crea.
Mientras tanto, las familias populares siguen pagando caro mientras otros se enriquecen y nadie se disculpa por las mentiras que ha dicho.
Por eso por un lado elogian y fijan metas elevadas para la electromovilidad, y por otro lado se están preparando a cerrar las fábricas de Volkswagen en Alemania, diciendo que al final “no hay mercado”, y está claro que lo que quieren dicen es que las ganancias no son las que esperaban.
¿Quién puede hablar de “posibilidades financieras limitadas” cuando se gastan miles de millones en equipamiento militar principalmente para las necesidades militares de la OTAN?
Y sobre todo cuando en los próximas años los gastos militares se van a despegar, puesto que el paso a la economía de guerra es su nueva línea por si acaso se produzca una reactivación de las inversiones según prevé el infame plan de Draghi.
Por eso, estimados amigos y amigas, quisiéramos hablar con todas estas personas en nuestro país que están preocupadas por los desarrollos en los frentes de guerra en todo el mundo y sobre todo en nuestra región.
Los que se dan cuenta de que hace dos años y medio comenzaron a discutir el envío de cascos y de ayuda humanitaria al régimen de Zelenski, luego pasaron a las balas y municiones, a los vehículos blindados, los F-16 y ahora han llegado a hablar de misiles de gran alcance que podrán asestar golpes profundamente en el territorio ruso.
Al mismo tiempo son cada más frecuentes los análisis sobre la posibilidad de una guerra nuclear como si fuera la cosa más natural del mundo.
Ni siquiera vamos a preguntar dónde se esconden hoy los que al estallar la guerra preguntaban “¿dónde está la implicación de la OTAN de la que habla el KKE?”
Probablemente se esconden allí donde se esconden siempre cuando su propaganda fracasa.
Quisiéramos hablar con todos los que su corazón no aguanta ver en directo un verdadero genocidio que está se desarrolla desde hace un año, el del pueblo de Palestina por el estado-terrorista de Israel que, con el apoyo de EE.UU y de la Unión Europea, está poniendo en fuego el Oriente Medio, el Mar Rojo y el Mediterráneo Oriental, para promover sus planes en una zona rica en recursos naturales por donde pasan las rutas de transporte de mercancías y de energía más importantes.
Por supuesto no vamos a preguntar dónde están los inquisidores televisivos que exigían que cualquiera que denunciara el genocidio en Gaza condenara también a Hamás; que la masacre se ha extendido a Cisjordania, donde no hay fuerzas de Hamás; que el fuego de la guerra se ha encendido en el Líbano y en otros lugares; que Israel está matando, utilizando amenazas asimétricas y prácticas de asesinato de civiles, como está haciendo ahora en el Líbano.
Sea cual sea el problema pequeño o grande que examinamos, veremos que detrás de ello está la búsqueda del beneficio capitalista que lo impulsa todo en este sistema, las grandes rivalidades y contradicciones imperialistas, el reparto del botín, las direcciones de la Unión Europea, la política antipopular de todo tipo de gobiernos burgueses.
Los gobiernos y las fuerzas políticas de todos los matices intentan ocultar sus opciones políticas que consideran la búsqueda de beneficios como una condición previa para “reducir las desigualdades”, como dice el primer ministro, Mitsotakis. Mientras que en realidad sucede exactamente lo contrario.
Buscan esconder los propios impasses de un sistema capitalista obsoleto que se vuelve cada vez más agresivo, que se dispone a abolir derechos que datan décadas, comercializar todos los aspectos de la vida humana, que conduce a los pueblos a la masacre cuando ya no puede resolver de otro modo sus antagonismos internos.
La cuestión es mucho más profunda y no se puede ahondar hablando meramente de “incapacidad” del gobierno, corrupción de ciertos funcionarios estatales o de “obsesiones neoliberales”, como dicen los demás partidos de una oposición conveniente.
No es que no existen tales, pero si fuera tan sencillo, seguro que hubiera aparecido todos estos años un gestor del sistema más capaz, incorruptible y de mente abierta que lo hiciera todo de otra manera.
Tal tipo de aspirantes salvadores habían aparecido pero no habían acabado muy bien. Porque realmente la esencia está en otra cosa, es más profunda.
Quisiéramos hablar con todos los que se sienten de izquierdas, progresistas, que son personas honestas y sacan conclusiones, sienten asco por la imagen que presentan los partidos de la socialdemocracia pecadora y sobre todo SYRIZA y PASOK.
Nada de todo esto, las intrigas, las maquinaciones, las puñaladas por la espalda, tiene que ver con lo que habían aprendido a identificar como de “izquierdas”.
Por supuesto, este es el final natural y esperado de un curso cuyo punto de partida -aunque hoy parece lejano- fue la capitulación ante el sistema, el abandono del objetivo de derrocarlo, la falta de confianza en la fuerza del pueblo de tomar su vida en sus manos.
En otro punto, más cercano, está la declaración voluntaria de servir el trabajo sucio del sistema cuando se encuentra en condiciones difíciles, cuando sus gestores de décadas ya no pueden seguir aprobando medidas que aplastan al pueblo sin graves consecuencias para el sistema.
Hoy día, los impasses del sistema se traducen también en impasses políticos, ya que la plena alineación de todos los partidos burgueses con las principales opciones de la clase dominante, no les permite diferenciarse y manipular y canalizar de forma convincente el descontento popular, como hacían antes.
Cada nueva “carta” que aparece, se desperdicia mucho más rápido, si no se desperdicia ya desde el principio.
Vemos impasses similares en otros países europeos. Por ejemplo en Francia, donde el célebre “Nuevo Frente Popular” de la socialdemocracia dio el beso de la vida a Macron, apoyando a sus candidatos, exonerando todas sus políticas impopulares, supuestamente para «bloquear el paso a Le Pen», y ahora se quejan porque Macron los desechó y nombró a un primer ministro que tiene el consentimiento de Le Pen.
Aquí en Grecia, todos los que hace apenas dos meses celebraban y acusaban al KKE de no hacer lo mismo en Grecia, como siempre han desaparecido, se han mordido la lengua.
Lo mismo ocurre en Alemania, donde el gobierno socialdemócrata federal y los gobiernos locales, con la participación del “Die Linke” sistémico, con sus políticas y especialmente con su apoyo a Zelenski y su implicación militar directa en Ucrania, han abierto el camino de par en par para el fortalecimiento de las fuerzas reaccionarias que pueden manipular y aprovecharse del justificado descontento popular.
¿Y ahora qué están haciendo? No tienen ningún problema en adoptar una agenda peligrosa en la cuestión de la inmigración, ya que ésta es, después de todo, la agenda represiva y xenófoba de la propia Unión Europea, que abre la espita, sus fronteras, siempre que necesita mano de obra inmigrante barata, y la cierra cuando se avecina una nueva crisis económica, como ocurre ahora en Alemania y en otros lugares.
Amigos y camaradas:
Lo anterior preocupa profundamente a los oficiales del sistema y no lo ocultan. Por eso hablan de “desequilibrio del sistema político” y de “falta de oposición”, que por supuesto nada tiene que ver con la genuina oposición obrero-popular que necesita el pueblo.
Al sistema siempre le interesa que existan al menos dos polos burgueses fuertes, para que uno gobierne y el otro absorba y aproveche el descontento popular provocado por las políticas antipopulares del gobierno.
Es decir, que sirva como opción alternativa de gobierno para el sistema cuando el gobierno existente deje de desempeñar su papel eficientemente, para que el descontento popular pueda ser canalizado. Y, por supuesto, buscan un polo que esté disponible de dar consentimiento y legitimidad política a decisiones gubernamentales que, aunque supongan un altos coste político, son necesarias para el sistema.
Lo hemos visto a gran escala durante la anterior crisis capitalista y los memorandos y es posible que lo volvamos a ver pronto, en caso de una nueva crisis, una implicación militar más generalizada o un vergonzoso arreglo en las relaciones greco-turcas y en la cuestión chipriota.
Es evidente que el gobierno de la ND, los demás partidos del sistema no están dispuestos ni son capaces de ofrecer una salida a estos impasses, ni aportar soluciones a los problemas populares.
Durante el último período, varias personas han aparecido de nuevo diciendo o escribiendo que “el KKE no asume sus responsabilidades”.
A ver, ¿a quién se dirigen?
El KKE, a lo largo de 100 años de historia, siempre ha asumido sus responsabilidades.
Nunca se ha escondido, nunca se lo ha pensado dos veces antes de lanzarse al fuego de la batalla.
Nunca ha tenido miedo de ir contra la corriente para servir la causa para la que fue fundado.
Los comunistas nunca han escatimado esfuerzos y sacrificios para el pueblo, ni siquiera el mayor sacrificio, y nunca pidieron nada a cambio.
Por no remontarnos mucho más atrás, en los años 89-'91, cuando “la historia nos difamaba que estábamos terminados”, cuando el mundo daba la vuelta y muchos se apresuraban a renunciar a ideas, ideales y símbolos, para salvaguardar sus intereses en la nueva situación que se estaba configurando, el KKE asumió la responsabilidad en su país y mantuvo en alto la bandera roja, declarando en la portada de Rizospastis que “¡La esperanza está en la lucha de los pueblos!”
Más tarde asumió su responsabilidad y dijo al pueblo la verdad sobre el Tratado de Maastricht, que todos los demás se apresuraron a votar, afirmando que la UE “es la gallina de los huevos de oro”. Lo mismo pasó con la eurozona, la UEM y otras.
De 2012 a 2015, cuando otros cultivaban falsas esperanzas e ilusiones de que sin una ruptura con la Unión Europea y sus orientaciones, con la OTAN, con los intereses económicos que tienen el poder real en nuestro país y en todos los países, pero sólo con un voto y con la alternancia gubernamental, se pudiera abolir los memorandos y las leyes antipopulares, se pudiera detener el ataque antipopular y el pueblo pudiera ganar, una vez más e independientemente del alto costo electoral, el KKE asumió el compromiso de advertir que las falsas esperanzas se desvanecerían pronto.
Preparó al pueblo para cualquier desarrollo, estuvo a su lado, defendió sus intereses, negó ofrecer apoyo o mostrar tolerancia a cualquier gobierno antipopular y, de este modo, fue capaz de mantener viva la esperanza y la perspectiva, cuando reinaba la decepción.
¿A quién se le confirmó y se le sigue confirmando la justeza de su postura cada día a lo largo de los años de crisis económica, luego de la recuperación, luego de la pandemia, luego de las guerras?
¿A todos aquellos que, ya despreciados en la conciencia del pueblo y sin la menor autocrítica, repiten la misma historia, declarando de nuevo que están disponibles para apoyar al sistema, o al KKE?
Hoy también, el KKE asume enormes compromisos.
Asume el compromiso de ser, junto con el pueblo en lucha, la única oposición real, obrera y popular; la que se enfrenta cara a cara con el gobierno de Mitsotakis en todos los ámbitos; la que se opone y revela la política en la cual todos los demás están de acuerdo y están aspirando conseguir algo del poder.
En todas partes, dentro y fuera del Parlamento, en los centros de trabajo, en las instituciones educativas, en los hospitales, en los barrios, donde los cuervos intentan sacar a las familias populares de sus casas, en las calles de lucha.
Los miembros y cuadros del KKE asumen el compromiso de estar en primera línea de la lucha para salvar vidas y propiedades, en incendios e inundaciones, allí donde el Estado selectivamente incompetente está ausente; de poner en práctica el lema "sólo el pueblo salva al pueblo".
Nuestro partido asume el compromiso de cultivar en el pueblo la resistencia a la podredumbre que el sistema ofrece generosamente, al individualismo extremo, al racismo, al sexismo, a toda visión reaccionaria que se presenta como progresista; de producir una enorme obra cultural, cuyo punto culminante es, por supuesto, el festival de KNE - Odigitis.
El KKE puede hacer todo esto porque ha asumido y asume un compromiso aún mayor:
A través del estudio científico y minucioso de su historia, de la experiencia del movimiento comunista internacional, de la situación mundial contemporánea, ha formulado un programa de poder contemporáneo y elaborado, que presenta abiertamente al pueblo y lucha cada día por promoverlo.
El KKE es plenamente consciente de sus responsabilidades. Junto con el pueblo, quiere y puede llegar hasta el final:
Hasta el derrocamiento revolucionario del sistema capitalista explotador, hasta el establecimiento de un verdadero poder y gobierno obrero-popular, que dirigirá la construcción de una nueva sociedad en Grecia, sin explotación del hombre por el hombre, el socialismo-comunismo.
Pero no esperamos que amanezca un gran día para luchar por ello.
Como dice el poeta: “La Comuna no es una princesa de cuento de hadas con la que soñar por la noche. Calcula, piénsalo bien, fija tus miras y sigue adelante, incluso sobre cosas pequeñas.”
Nosotros también, estamos actuando en el presente para traer el futuro.
Estamos trabajando, interviniendo en todas partes para poner al verdadero adversario, la clase dominante y su poder, cada vez más decididamente en el punto de mira, para cuestionar su estrategia y sus objetivos, con los que todos los demás están de acuerdo.
Por eso podemos estar presentes, en primera línea y organizadores de cada lucha de nuestro pueblo, y por eso los demás no pueden.
Porque hoy, incluso para la más pequeña conquista, esta estrategia debe ser cuestionada en la práctica.
Para que el pueblo gane lo más mínimo, el capital debe perder.
Con un movimiento coordinado a nivel nacional, con el KKE al frente, fortalecemos la oposición real, la oposición de la clase obrera, a la política dominante.
Fortalecemos la corriente de cuestionamiento de esta política, con el objetivo de darle un contenido antiimperialista y anticapitalista.
Las fisuras del sistema no nos asustan, ni acudimos a repararlas. Luchamos por convertir esas fisuras en grandes grietas, hasta el derrocamiento total.
Por eso asumimos hoy el compromiso de hacer que nuestro Partido sea capaz, que esté listo para cumplir su papel y su misión en todas las circunstancias, en cada crítica encrucijada de la lucha de clases.
Porque nuestra vida puede cambiar en un minuto... Y entonces, como dice la canción sobre nuestro Partido escrita por Dimitris Ravanis-Rentis y con música compuesta por Thanos Mikroutsikos:
Avancemos, sigamos recto
Hijas sauces, hijos cipreses.
La vida cambia, el pensamiento cambia
Rompe una granada en la ventana
Amasa el sudor, la sangre, la tierra
Para hacer avanzar el partido
Mira, hemos crecido en número
Una nueva lucha nos llama".
Así que vamos, con el impulso de los 50 años del Festival, a escribir las nuevas páginas de la historia... ¡Saldremos victoriosos!