Pocos días antes de que vuelva a sonar el timbre en las escuelas, que en Grecia  comienzan el 11 de septiembre, el gobierno no solo se negó a reunirse con los representantes de los profesores, sino que los recibió con gases lacrimógenos y represión.

El 4 de septiembre profesores y maestros respondieron al llamamiento de sus sindicatos y se concentraron delante del ministerio de Educación con consignas contra la fusión de grupos escolares, exigiendo su revocación y que los estudiantes no estén hacinados como sardinas en sus clases. Con las normativas gubernamentales se decidió que este año se fusionarán más de 1.000 grupos escolares en todo el país, a través de la creación de grupos de 27 alumnos.

Los manifestantes llevaban una hora y media fuera del ministerio de Educación protestando contra las fusiones de grupos escolares y pidiendo una reunión con el ministro. En lugar de ello, las fuerzas policiales se dirigieron contra la manifestación.

En su comunicado, la Oficina de Prensa del CC del KKE destacó que: “El KKE denuncia el ataque no provocado de las fuerzas antidisturbios contra padres, alumnos y profesores que reivindicaban la revocación de fusiones y de cierre de grupos escolares, la reducción del número de los alumnos en cada clase.

La dirección de ministerio en vez de reunirse con los sindicalistas electos de las federaciones que habían hecho la respectiva petición, les recibió con porras y gases lacrimógenos.

Por mucho que el gobierno intente convencernos que con su política mejora las escuelas y promueve los derechos de niños, la realidad lo contradice. La política antipopular siempre va acompañada de la intensidad del autoritarismo y de la represión. Sin embargo, el pueblo no se deja intimidar, seguirá luchando por la educación de sus niños y esto el gobierno lo entenderá mejor en el período próximo.”

05.09.2024