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Las negociaciones griegas y las “líneas rojas”

El nuevo gobierno griego continúa las conversaciones con los acreedores extranjeros (Unión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional), la conocida Troika, que ahora se llama “las tres instituciones”. La impresión que dan los medios de comunicación internacionales, así como el propio gobierno, es que este último pretende aplicar una forma diferente de gestionar la crisis en Grecia, mientras que al mismo tiempo las “instituciones” están ejerciendo presión sobre el gobierno griego. Este último está dando continuamente pasos atrás y pretende hacer “maniobras” porque según lo que dijo el primer ministro, A.Tsipras, “en la batalla en Europa nos habían tendido una trampa (…) para llevarnos a la asfixia financiera y derribar el gobierno. Tenían todo preparado para provocar nuestro naufragio y también para provocar el naufragio del país (…)”.

Sin embargo, al mismo tiempo, el ministro de Finanzas, Y.Varoufakis, aclaró que las maniobras y los retiros del gobierno griego tienen algunas “líneas rojas”, que el gobierno griego no tiene la intención de cruzar. Sería interesante examinar cuáles son:

Según lo que dijo el ministro, las “líneas rojas” tienen que ver con la solución de “tres ecuaciones con tres incógnitas”. Según explicó:

-- Hay que asegurar un superávit primario sin “destruir la economía del sector privado”,

-- en relación con la estructura de la deuda (qué se debe pagar, a quién y cuándo),

-- así como en relación con el objetivo de que haya más inversiones que ahorros (es decir que el capital no debe ser estancado, sino invertido).

Todo lo anterior demuestra que la única “línea roja” del gobierno de coalición SYRIZA-ANEL no es más que el apoyo de la recuperación capitalista. Por que los tres incógnitos en las ecuaciones tienen un contenido:

En la ecuación respecto las inversiones nos dice que sin la creación de un ambiente para inversiones no habrá ninguna mejora. Además, que no habrá inversiones si no hay un terreno adecuado para los capitalistas, es decir, si no está disponible dinero estatal, si no hay exención de impuestos, si no se crea un ambiente de inversiones que exija colaboraciones publico-privadas más “beneficiosas”, si no se abordan los asuntos relacionados con la reducción del llamado “coste laboral no salarial” etc.

En la ecuación respecto el superávit, el incógnito significa entre otras cosas, la promoción (por el gobierno SYRIZA-ANEL) de medidas descritas en los memorandos firmados por el gobierno anterior de “derechas”, y tienen que ver con recortes en las contrataciones en los municipios, recorte de fondos anuales totales para los hospitales, el compromiso asumido en el marco del acuerdo con las “instituciones” de hacer nuevos recortes en los gastos públicos para la educación, la salud, la defensa, los municipios, las prestaciones sociales, el transporte etc.

En la ecuación respecto la deuda, el gobierno pide al pueblo a meter la mano en el bolsillo y pagar por una deuda de la que no es responsable.

Al mismo tiempo, el gobierno presenta como “patriotismo” su fortalecimiento para promover los ejes que no mencionan las grandes pérdidas que han sufrido las capas populares en el período de la crisis y prometen pocas migajas de alivio para la pobreza extrema, como quedó demostrado en el proyecto de ley recientemente presentado por el gobierno.

El programa gubernamental no dice una sola palabra sobre el salario medio que ha disminuido en un 25% en los últimos años, sobre los enormes aumentos en los impuestos, directos e indirectos, que ya están pagando los trabajadores, sobre los grandes recortes en los salarios y las pensiones, los aumentos en el coste de vida. El nivel de vida de las capas populares se ha reducido durante el período de la crisis en casi un 50%.

Comoquiera que se desarrolle la negociación del gobierno SYRIZA-ANEL con los acreedores, el programa que implementará el gobierno no dará lugar a la recuperación de las enormes pérdidas que han sufrido las capas populares en los últimos años.

La negociación del gobierno tiene que ver con los términos de la financiación de la clase dirigente nacional. La reducción del superávit primario, que está en el centro de los debates, significa nuevos subsidios para el capital, que tendrán un nombre que está de moda, “reconstrucción productiva”.

En cambio, el gobierno ha declarado como “tarea patriótica” el pago de los impuestos, aplicados por los gobiernos anteriores a los trabajadores y las demás capas populares. Por supuesto, los principales accionistas de los grupos monopolistas, con 140 mil millones de euros en el extranjero, están una vez más fuera de la línea de fuego. Los armadores seguirán pagando impuestos mínimos. De hecho, los grandes industriales, en el nombre del “refuerzo de la competitividad de la economía nacional”, esperan nuevos subsidios del gobierno SYRIZA-ANEL. Esto resulta a que el peso de la crisis capitalista, del retorno de la economía en el crecimiento capitalista, se carga de nuevo sobre las capas populares.

El “patriotismo” del gobierno significa una vez mas el fortalecimiento de la clase dominante en la guerra con las demás. En esta “guerra” injusta el pobre pueblo tanto si está con los vencedores como con los vencidos, seguirá sufriendo de la indigencia, el desempleo, la pobreza, la violación de sus derechos sociales.

Para el pueblo trabajador, la solución no es un nuevo acuerdo entre el gobierno y las “tres instituciones” que continuará con la aplicación de las leyes antiobreras y antipopulares, que ya se han aprobado, y que serán complementadas por nuevas, en línea con los compromisos asumidos por el gobierno de coalición. La solución no está en las negociaciones con los “socios” de la Unión Europea y el FMI (véase EE.UU) que se llevan a cabo supuestamente para poner “fin a la austeridad” mientras que en realidad se trata de garantizar mayores márgenes de financiación estatal del capital nacional, de apoyo estatal para la recuperación capitalista.

La solución está en el fortalecimiento de la lucha por la recuperación de todo lo que han perdido los trabajadores en los últimos años, por la satisfacción de las necesidades contemporáneas del pueblo. Esta es la “línea roja” para los trabajadores que requiere el conflicto y la ruptura con los “socios”, las uniones imperialistas, como es la Unión Europea y la OTAN, así como con los que tienen en sus manos el verdadero poder y los medios de producción, es decir, el capital.