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Oficina de Prensa del CC del KKE

Comunicado sobre los acontecimientos peligrosos en la Península Coreana

 

La Oficina de Prensa del Comité Central del KKE en su comunicado sobre los acontecimientos peligrosos en la Península Coreana destaca que:“El KKE expresa su fuerte preocupación por la situación peligrosa en la Península Coreana. Los acontecimientos reflejan la intensificación de la competencia económica y militar y de las contradicciones interimperialistas en toda la región de Asia y del Pacífico, entre fuertes Estados capitalistas y los intereses de empresarios a nivel internacional y regional. No es el resultado de las decisiones de los líderes supuestamente “locos” de EE.UU. y de Corea del Norte, como dicen deliberadamente los medios de comunicación para ocultar las causas de la confrontación.

Esta competencia entre EE.UU., Japón, China, Rusia etc. tiene que ver en particular con la nueva distribución de mercados, la explotación de los grandes recursos energéticos que se encuentran en regiones como la Península Coreana,  el mar de la China Oriental y el mar de la China Meridiona, el Ártico y otras, resultando a la constante intensificación de la carrera armamentística y la posibilidad incluso de un conflicto militar. Además, EE.UU. está preparando el camino para el aumento de la venta de armas modernas a Japón y a Corea del Sur, mientras que mantiene grandes fuerzas militares (28.000 soldados) y equipamiento militar en sus bases en Corea del Sur, realiza continuamente grandes ejercicios militares con escenarios provocadores de invasión a Corea del Norte.

No es casualidad que, desde el primer momento, la nueva administración de EE.UU. de Trump junto con el objetivo de la renegociación de acuerdos económicos a gran escala, como es el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), llevó al centro de atención la región en el punto débil  de China y de Rusia, que es considerada por China como una región vital, igual que otras regiones en Asia, que están en la “Ruta de la Seda”. Todo ello junto con los grandes déficits comerciales de EE.UU. con China, afectan la elaboración de una política agresiva para la defensa de los monopolios de EE.UU.

EE.UU. está en posición prelevante entre los Estados capitalistas poseyendo un arsenal nuclear, que lo ha utilizado ya; cabe señalar que recientemente EE.UU. junto con Gran Bretaña y Francia se abstuvieron de las negociaciones por la firma del Tratado de prohibición de las armas nucleares, con el pretexto de que ignora la realidad del entorno internacional de seguridad.

Al mismo tiempo, la OTAN en sus cumbres habla abiertamente de la capacidad de utilizar armas nucleares. En consecuencia, el argumento de EE.UU. del peligro que supone el programa nuclear de Corea del Norte es una gran hipocresía y una coartada mientras que otros Estados capitalistas como son Gran Bretaña, Francia, Pakistán, la India etc. tienen a su disposición armas nucleares.

EE.UU. utiliza como argumento el peligro nuclear tanto por parte de Corea del Norte, como de Irán para establecer en la región del Pacífico y Europa el llamado “escudo antimisiles”, mientras que en cooperación con la Unión Europea siguen el camino de derrocamiento o de apoyo de gobiernos según sus propios intereses e imponen sanciones a expensas de los pueblos. Además, refuerzan de nuevo su presencia militar en Afganistán, teniendo como objetivo China, así como Rusia. Lo mismo ocurre con la concentración de tropas de la OTAN en los países bálticos.

Por su parte, Rusia se opone a estos planes, que objetivamente están dirigidos a impedir una posible respuesta de Rusia, en caso de que EE.UU. y la alianza de OTAN intenten llevar a cabo el “primer ataque nuclear”.

Los EE.UU. aprovechan  el posicionamiento de Corea del Norte de desarrollar su programa nuclear con el fin de promover sus intereses geoestratégicos en la región y más en general. Sin embargo, el crimen brutal que cometieron hace 72 años los EE.UU. provocando la destrucción nuclear de Hiroshima y Nagasaki, así como consecuencias a largo plazo a causa de este crimen, demuestran que la solución no se encuentra en el desarrollo de armas nucleares. No es por casualidad, que la URSS, el primer estado obrero en el mundo, había negado lanzar el primer ataque nuclear (principio de no primer uso) y jugó un papel destacado por un mundo sin armas nucleares.

La agudización de la situación en la Península Coreana no cambiará ni resolverá la situación en el Mediterráneo Oriental y en el Medio Oriente. No sólo porque las consecuencias de un posible conflicto militar, y de hecho con el uso de armas nucleares, serán mundiales, sino además porque en última instancia se trata de balances interimperialistas frágiles y de un “domino” geopolítico que se desarrolla a escala internacional, desde el Báltico, el Mar Negro y el Mediterráneo Oriental hasta África, Asia y el Pacífico.

No es la primera vez que EE.UU. enfoca en dicha región. Desde 1950 hasta 1953 desempeñó un papel dirigente en la guerra de Corea que generó más de medio de millón de muertos y llevó a su desintegración. Además, no hay que olvidar que Grecia tomó parte con sus tropas en la intervención militar imperialista en Corea, tras una decisión de la burguesía y sus representantes políticos, resultando a más de 180 griegos muertos y 600 heridos.

El gobierno griego, con el apoyo del principal partido de la oposición y de los demás partidos burgueses, asume grandes responsabilidades puesto que participa y respalda las decisiones y los planes peligrosos de la OTAN que sirven a los intereses de la burguesía local, tal como han hecho todos los gobiernos burgueses hasta hoy día. Trata de fortalecer el papel de Grecia dentro de la OTAN en el nombre del “fortalecimiento geoestratégico” del país. Recientemente acordó de ampliar la base de Suda y de otras bases militares y la infraestructura para las operaciones de EE.UU., de la OTAN y de la UE. Además, este gobierno continúa la contribución de Grecia al enorme presupuesto de la OTAN e involucra aún más profundamente las Fuerzas Armadas en los planes imperialistas, intensificando el antagonismo con Turquía.

Varios medios de comunicación así como políticos aprovechan de la situación en torno a la cuestión nuclear de Corea del Norte no sólo para calumniar a todas las luchas de los pueblos por un mundo sin explotación del hombre por el hombre, sino además para preparar el terreno para que el pueblo acepte una intervención militar de EE.UU. y de la OTAN en Corea del Norte, bajo el pretexto de “restaurar la democracia” y “combatir las armas de destrucción masiva”, utilizado en otras intervenciones imperialistas, como por ejemplo en Iraq. El KKE cree que el pueblo de cada país es exclusivamente responsable para decidir y elegir el régimen económico, social y político del país así como para cambiarlo con su organización y lucha.

Los acontecimientos requieren vigilancia, intensificación de la solidaridad internacionalista y fortalecimiento de la lucha contra las intervenciones y las guerras imperialistas, contra las armas nucleares. Esta lucha está inextricablemente ligada a la lucha por la comida y los salarios, contra el capital y sus gobiernos, de cualquier matiz burgués que sean.

Está ligada a la lucha contra las uniones imperialistas, como son la OTAN, la UE, contra uniones en Asia y en otros lugares, contra el propio sistema capitalista de explotación y el poder del capital, que, como ha demostrado la historia, no duda en cometer cualquier crimen contra los pueblos con el fin de superar las contradicciones intensas y los grandes problemas, lograr sus objetivos y garantizar su dominación”.

12/9/2017